QUE ES

Es una guía sutilmente útil para cubrir necesidades básicas y más.

Puede publicar todo aquel que se considere artista y todo aquel que no se considere tal pero crea que ofrece un servicio con algo mas, por ejemplo mi peluquero que te dibuja la cara para recomendarte el corte de pelo que te conviene (además de hacer trucos de magia, etc etc.). También hay una sección donde se pueden recomendar servicios sútiles ajenos, como el taxista que me contaron que solfeaba a todo volumen con pasajeros incluidos.

Queda asentado que quien escribe este blog y recopila los servicios no se hace responsable de daños, perjuicios y desilusiones ocasionados por los prestadores, ya que aunque la mayoría venga de buenas fuentes, no todos los servicios fueron probados.

Lucía Harari

COMO PUBLICAR

Ya no más "me salió un laburo", gracias a Servicios Sútiles, ahora podés decir "me inventé un trabajo a mi medida" que hasta puede pasar a ser el trabajo de tu vida.

Publicá tu servicio sútil a cambio de linkear este blog en tu página, blog, facebook, twitter o de recomendarlo para que los servicios lleguen al que, oh casualidad, en ese justo momento los está necesitando.

Mandá un mail a luciaharari@gmail.com (todo en el mismo mail) con:

-el texto (con datos del servicio y de contacto)

-una imágen (puede ser un flyer o cualquier imagen, no importa si no ilustra exclusivamente el servicio, la uso como separador entre publicaciones)

-contame donde lo publicaste

(los 3 requisitos son excluyentes)

Los servicios no son bienes materiales, en el caso de la prestación de un servicio que incluya un bien material tiene que estar justificado por el servicio mismo, como por ejemplo el cuadro específicamente vendido para alegrarte el desayuno.





El mundo desaparece incesantemente, pierde sentido, se esfuma... y él ha de buscar sentido, elaborar sentido, de un modo desesperado, inventando continuamente, tendiendo puentes de sentido para salvar abismos de insensatez, el caos que se abre continuamente a sus pies.

OLIVER SACKS El hombre que confundió a su mujer con un sombrero